15 junio, 2014

Un día en el río y en el campo. Junio 2014

Una tarde de junio mi papi que estaba en casa algo (bastante agobiado) se puso a pensar qué hacer para desconectar y recuperar pilas de una forma fácil.









Es ahí donde planificó una estupenda tarde de paseo en el río, muy cerca de Peralvillo, en Ciudad Real, en uno de los caminos adyacentes al río y que van paralelos todo el rato a él, de tal forma que hay muchas zonas donde dejar el coche y poder estar toda la tarde sin molestar a nadie, entre el verdor de la foresta de esa zona, la humedad de la tierra y sobretodo la sombra de muchos árboles.





Aunque al principio no me hizo mucha gracia subirme al coche con el arnés nuevamente puesto, dado que desde que comencé a aprender a bajar al patio solito ya no me lo ponía nunca mi Papi, pues pensé que nos íbamos al veterinario o algún sitio que fuera no muy bueno para mí, o que tuviera algún tipo de riesgo o que no me molara, simplemente, pero en cuanto comencé a ver que estábamos yendo al campo reconocí, de cuando mi papi me llevaba con el otro coche al campo, que efectivamente íbamos a él.


 
 Me puse todo tan tranquilo y bien atado al cinturón de atrás a ver el campo, a ver las flores, los árboles y tranquilamente con mi Papi a quien le eché varios maullidos de "dónde vamos papi papi?"... y él me respondía "al campo, MIshy, nos vamos al campo".







Fue llegar a la zona y comenzar a investigar todo, no había florecilla que no oliera, y además, comencé a estirarme, a estirar las patas y hasta rascarme con un tronco que había no muy lejos para afilarme bien las uñas, por si salía algún bichejo de algún lado que fuera de mi gusto.








Mi Papi se sentó cerca del río, en una zona donde había mucho césped y hierbas naturales y pronto me acerqué para ver que era el sitio idóneo para echarme una pequeña siesta, pero que duró poco porque con tanto ruido de cigueñas, de bichos, de ranas, de peces dando saltos en el agua y los mosquitos, las moscas y todo bicho viviente que hay en el campo en esa época, pues estaba más al tanto de lo que había a mi alrededor que de dormir como hago normalmente en casa.





Además había olor a peces, olor a cangrejos y a tortugas, a bichos y a cosas que me llaman la atención como tigrecito que soy, claro.

Papi la verdad es que no tuvo ningún tipo de trabajo conmigo porque siempre estaba a su lado, de allá para cuando me iba a investigar unos metros más allá pero a los cinco segundos volvía de nuevo, o bien él me llevaba a pasear por una zona donde no hay ni coches, ni bicicletas, ni animales grandes sueltos, ni perros que puedan suponer para mi salud e integridad un peligro inminente, es por lo que Papi siempre me lleva a sitios en los que como dice él "no hay ni Diosssssssssss".



Aquí os dejo unas cuantas imágenes del pesado de mi Papi que se tiraba al suelo para hacérmelas frente a frente y para mostraros lo bonito que se puede convertir un día cualquiera, o una tarde de agobio, en una tarde magnífica, eso sí, Papi.. si estás leyendo ésto... sácame más veces a ese sitio que me moooooooooola... Miauuuuuuuuuuuuu Miauuuuuuuuuuuu, soy bueno, así que llévame.

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