Después de unas 10 sesiones con el arnés y con la correa
para volver a recuperar el gusto por usar y estar bien en el patio de casa (al
que le tenía un miedo horrible desde que una vez me tiré por el balcón del
salón a él) puedo decir que el patio me está comenzando a gustar.
Hoy domingo ha sido el primero que he bajado sin arnés y sin
correa, eso sí, mi Papi me ha tenido que ayudar un poquito a entrar al patio y
volver a casa (fundamentalmente porque no quería) pero dentro de él hemos hecho
los ejercicios diarios de andar por las calles, seguir a mi Papi al ritmo que
me iba poniendo, desde más despacito al trote, trote que ya realizo sin
problema.

Aquí podéis ver cómo ya hoy he bajado, he dado unas cuantas
vueltas, y me he ido a investigar por mi cuenta las cosas que me interesan, y
hasta he visto un bichito y he ido tras de él un buen rato para darle caza, y
al no dársela me he puesto a maullar quejándome, pero vamos, espérate que se
llene esto de saltamontes y mariposas y ya te contaré a ti morena.
Ahora, mientras mi Papi está escribiendo esto, estoy yo
tirado en el suelo habiéndome recuperado de esta media hora de salida al patio
con mucho sol, y descansando, porque hoy el día comenzó temprano, a las 4 ya
estaba dándole la tabarra a Papi para levantarse, pero vamos, él los fines de
semana como mucho me coge y me mete entre sus brazos para ver si me duermo un
poco más, a veces sí, a veces no, yo mando.. yo tengo el mando, como siempre,
aunque siempre estoy cerca de él y él de mí.


Papiiiiiiiiiiiiiiiii tengo hambreeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
miauuuuuuuuuuuu