27 diciembre, 2011

Compartiendo espacios… compartiendo cama.

Si hay una de las cosas que me gusta de vivir con mi Papi es el descansar a su lado, junto a él. Ya, desde que era muy pequeñito me aficioné a dormir sobre tu pecho, y ya cuando me fui convirtiendo en más grande, un gato adulto, pues mi Papi me siguió cobijando, dando calor y cariño allá donde le pillaba, salvo algunas veces que me dice algo así como "gato plasta", no lo entiendo.  ¡¡¡ maaaaaaaauuuuuuuuuuuuu !!.

 

Si veo a mi Papi tirado en la cama, descansando la siesta o simplemente reposando alguna de sus hipoglucemias que le dan y le dejan bien "hecho polvo" no hay mejor ocasión que cuidar de él. Me pongo a su ladito; le cuido y protejo de todo aquel mal que le pueda acechar, ya sea en forma de mosca o mosquito en verano, o arañita, en cualquier momento del año, dado que vivimos cerca del campo y se nos cuelan algunos bichos, que si les echo el ojo pues la inmensa mayoría los cazo y evito intrusos.

Me gusta lo suave y cómodo de las colchas, me gusta lo calentito y mullidito de las mantas, y me gusta sobretodo compartir ronquidos con mi Papi, me gusta dormir cuanto más cerca de él mejor, hay días en los que incluso mi Papi y yo despertamos con nariz-hocico pegados, y con mi patita sobre él.

  


Aclaración del Papi.
Tener cada uno su espacio está perfectamente desde el primer momento, una cosa es tener el cariño normal hacia tu mascota y otra que "se te suba a la chepa"; hay momentos y lugares del día en los que no me importa que esté a mi lado, pero él tiene entre su cunita, su puf, las mantitas que dejo sobre el sofá para que se disponga cómodamente o mientras estoy en el trabajo, pues aprovechará en estar en aquellos sitios donde normalmente no le suelo dejar, aunque no creo que sean muchos, ya que el salón queda cerrado para él en horario de mañanas de trabajo, teniendo el resto de la casa para él.

Si a los pelos que suelta el bichito se le suma algún tipo de alergia además de malcostumbrarle no está mal cerrarle la puerta por las noches, de no hacerlo me despierto con él por las mañanas, por mucho que le haya querido acostumbrar a dormir en su cunita y al lado de la cama, esa era la idea, pues como de pequeño dormía en mis brazos pues se hizo a la zona, y así pasa, que si me quedo "torrado" literalmente aparece al lado en cuanto menos me lo espero, por lo que suelo dormir con la puerta cerrada, máxime ahora que tengo algo de alergia y asma, toda precaución es poca. Eso sí, el humificador que tengo en la habitación, una cubeta con agua, él se cree que es para él, así que está todo el día bebiendo de ella y no es que se evapore más agua, sino que el bicho tiene dos bebederos naturales, el de su zona y mi humificador.

Aún así acompaña mucho, no da ruido, una vez dormido se queda sin moverse y me gusta oírle a veces ronronear o medio roncar cuando está cerca, le miro, cuando está dormidito y con los ojos cerrados y como en esta ocasión aprovecho digitalmente para lanzar un par de instantáneas.


 

Recomendación:
Cuanto más tranquilo esté el animal mejor para su conducta y sus resultados en un hogar, nada de tirarle del rabo para hacerle rabiar ni cosas así, no conseguimos nada soliviantándolo, solamente que nos tenga antipatía y en casos determinados pues nos suelte las garras o un mufido de los buenos, de éstos que asustan a veces.


¿Qué podemos hacer con el gato dormido?
Buena pregunta, ¿no?. Yo suelo aprovechar los momentos de hibernación glacial, o sea, durmiendo como un cenutrio, para cortarle las uñas, los bigotes, aprovecho en llevar ese día el cortaúñas, que es con lo que se las corto, y cuando se queda dormidito, pues tranquilamente voy uña por uña haciendo el chequeo rutinario. Sé que más de 3 uñas por sesión no me va a dejar hasta que se dé cuenta de la situación, pero como vuelve de nuevo al regazo y a quedarse nuevamente cenutrio pues sigo con la faena. 

 Os recomiendo tenerle las uñas siempre al día, de ello dependen los arañazos que mientras jugamos nos pueda hacer o que él malinterprete algún gesto nuestro y nos suelte las garzas, pero principalmente el primer punto, si juegas mucho con tu gato con tus manos, lo primero que hacen los gatitos es coger a su presa: si tiene garras de buitre nos arañará y nos hará heridas en la superficie de nuestra piel, aun sin hacer fuerza, por sus afiladas garras, si no las tiene nuestro gatito parecerá un peluche que juega con nosotros dado que no nos hará más que caricias con la planta de sus patitas, que es realmente lo que queremos.

Mishy Mishy a veces muerde, muy pocas, y la inmensa mayoría flojito pero vamos, también hay que tener cuidado en donde termina el juego y donde comienza el pique, y es ahí donde prefiero dejarlo a su aire y que se relaje, no quiero un gato que bufe y esté tirándoseme a la cara todo el día, como otros (esto lo digo por el gato de Toñi, claro, que si le están todo el día tirándole de la colita y haciéndolo rabiar es normal que el bicho se defienda). 

Formas de actuar así deben ser parte de la educación desde el primer día, tenemos una mascota y no una pelota de peluche que rebota si la lanzamos contra la pared, y como tal mascota se merece cariño, respeto, adecuar nuestra inteligencia a sus necesidades y disfrutar de un buen sueño con tu mascota cerca, que en invierno, porqué no, también se agradece estar calentito. Eso sí, no le gusta luego la aspiradora cuando uno la pasa sobre la colcha, como es el caso de la foto.

Saludos gatunos.

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